Tu misericordia, Señor, es infinita. Que sepamos abrirnos a ella. Que nunca dudemos de ti. Que, por muchas caídas que tengamos en nuestras vidas, seamos siempre capaces de confiar en tu bondad. Que no tengamos miedo de pedirte perdón cuantas veces seamos vencidos por la infidelidad. Porque Tú nos has demostrado que nos amas sin límite. Porque has entregado tu vida para salvarnos. Solamente quieres que nos salvemos, que confiemos en tu misericordia. ¡Ayúdanos, Señor!
Ante los que no son creyentes podemos tener diferentes comportamientos. Uno de ellos, y es el más correcto, es intentar que conozcan nuestra fe y