Si nos alejamos de Dios, el egoísmo en nuestras vidas se crece y dejamos de amar desinteresadamente; en cambio, la cercanía a Dios, que es Amor, nos da fuerzas para amar a los amigos y a los que se consideran enemigos, aunque no lo sean. Los santos llegaron a serlo porque supieron estar cerca de Dios sirviendo a los hombres más necesitados. Ninguno obró por quedar bien ante el mundo, sino por amor a Dios.

Es frecuente que nos consideremos diferentes a los otros. Incluso superiores, por formación, creencias, gustos, etc. Hasta por posición social. Se nos olvida que todos