Los cristianos estamos llamados a participar en la construcción de un mundo mejor. Por eso las alegrías y sufrimientos de los demás debemos asumirlos como propios, poniendo todo nuestro esfuerzo en mejorar la vida de los otros, contribuyendo a desterrar odios, pobrezas y miserias y a traer convivencia, solidaridad y progreso humano. No se nos permite desentendernos de los demás.
![No glorificáis como Dios a mi Señor los que no proclamáis bienaventurada a la que el Espíritu Santo ha mandado llamar así por todas las naciones – San Ildefonso de Toledo No glorificáis como Dios a mi Señor los que no proclamáis bienaventurada a la que el Espíritu Santo ha mandado llamar así por todas las naciones – San Ildefonso de Toledo](https://c1.staticflickr.com/5/4832/39696523853_eac6643ff8_b.jpg)
Ella, María, es bienaventurada. Porque así lo dispuso Dios, que la eligió para ser la madre de Jesús. Y no podía relegarla a un segundo