Si tenemos paz dentro de nosotros mismos y obramos rectamente, la alegría se nos notará porque no lo podremos disimular. Por muchos sinsabores que encontremos al obrar el bien, por mucho dolor que nos cause hacer buenas obras y comportarnos como cristianos, no sentiremos tristeza, sino todo lo contrario. Porque una buena conciencia tiene la fuerza suficiente para llenarnos de gozo.

En las relaciones humanas el respeto al otro es clave para conseguir el respeto mutuo. Pero más que ese respeto a los demás debe ser