La esencia del cristianismo está en imitar al Señor Jesucristo, que es la Verdad auténtica. Y a Él solamente se llega amándole y amando a los hermanos. Tarea difícil la que tenemos por delante, pero ilusionante, porque fuimos amados por Él hasta el extremo, con su vida. Tarea a emprender cada día. Sin miedo a fracasar. Porque sabemos que nos acompaña el amor de nuestro Dios y esto nos hace fuertes en la búsqueda de la verdad desde el amor.
Vivimos en una sociedad agitada por los ruidos externos a la persona, las envidias, cuando no el odio, de unos hacia otros, el materialismo destructor