Lo dice expresamente el Señor: sed mansos y humildes de corazón. Él nos dio ejemplo pues, siendo Dios y Señor, se hizo hombre y nos sirvió a nosotros, pecadores e ingratos. Para que aprendamos a comportarnos como seguidores suyos. Si queremos llegar a parecernos en algo a Cristo, el camino no es otro que reconocernos como somos y vivir aplicando sus enseñanzas en todos nuestros actos y pensamientos. Con humildad, comportándonos con quienes nos rodean de forma amable, sintiéndonos servidores suyos y no superiores.
![Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección – San Pablo, apóstol Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección – San Pablo, apóstol](https://c1.staticflickr.com/5/4910/45746391895_34737847d3_b.jpg)
Desde los comienzos de la historia del cristianismo se ha venido insistiendo en que el amor es el mandamiento esencial que Cristo nos ordenó practicar