Señor, pon en nosotros un poco de calma para que sepamos aguantar los desprecios, los ataques y las humillaciones que nos hagan. Que sepamos contener nuestros deseos de dar respuesta a quienes nos ofenden. Que la ira no nos domine nunca, ni nos venza el deseo de devolver con la misma moneda a quienes nos insultan. Ayúdanos a ser valientes, a poner la otra mejilla para que nos abofeteen.

No importa que no la veamos. Sabemos que la gracia divina está presente en los que creemos en Jesús. Con ella se nos otorga un