Los pobres nunca son una carga para un cristiano. Dios nos lo ha dejado dicho por activa y por pasiva: el pan que dais a un hambriento me lo dais a mí, cuando consoláis a quien está afligido, a mí me consoláis, si vestís a un desnudo, me estáis vistiendo a mí… No busquemos interpretaciones interesadas a la hora de servir a los más necesitados. Porque es Cristo quien está en cada persona pobre, desvalida, triste, hambrienta, desnuda, presa… Y lo que a cada una de ellas hacemos, es a Dios mismo a quien se lo hacemos. Por eso es tan agradable para los creyentes auténticos ser servidores de los pobres.
![La perfecta alegría no puede existir sino en la perfecta entrega de sí mismo a Dios y a los Hombres – San Luis Orione La perfecta alegría no puede existir sino en la perfecta entrega de sí mismo a Dios y a los Hombres – San Luis Orione](https://live.staticflickr.com/65535/48383646507_009feb9157_o.png)
Entregarnos del todo. Sin reservarnos nada para nosotros mismos. Entregarnos por completo a Dios y a los hermanos. Esto es lo que se nos pide