Unción de enfermos
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Un sacramento de vivos
Recibir la Unción de enfermos
Cuando un cristiano está enfermo de gravedad, se suele avisar al sacerdote para que acuda a visitarle. A veces, decimos que vaya a darle la «extremaunción». Mejor es llamar a este sacramento la «unción de enfermos».
¿Qué significa este sacramento?
“La compasión de Jesús hacia los enfermos y las numerosas curaciones realizadas por Él son una clara señal de que con Él había llegado el Reino de Dios y, por tanto, la victoria sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su Pasión y Muerte, Jesús da un nuevo sentido al sufrimiento, el cual, unido al suyo, puede convertirse en medio de purificación y salvación, para nosotros y para los demás”
(Compendio del Catecismo, n. 314)
La enfermedad y el sufrimiento se han contado siempre entre los problemas más graves que aquejan la vida humana. En la enfermedad, el hombre experimenta su impotencia, sus límites y su finitud. Toda enfermedad puede hacernos entrever la muerte. La enfermedad puede conducir a la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la desesperación y a la rebeldía contra Dios. Puede también hacer a la persona más madura, ayudarla a discernir en su vida lo que no es esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él.
La compasión de Cristo hacia los enfermos y sus numerosas curaciones de dolientes de toda clase son un signo maravilloso de que “Dios ha visitado a su pueblo» (Cf. Lc 7,16) y de que el Reino de Dios está muy cerca. Jesús no tiene solamente poder para curar, sino también de perdonar los pecados: vino a curar al hombre entero, alma y cuerpo; es el médico que los enfermos necesitan. Su compasión hacia todos los que sufren llega hasta identificarse con ellos: “estuve enfermo y me visitasteis» (Mt 25, 36). Esta solicitud por los enfermos se ha prolongado en sus discípulos y en su Iglesia: “La Iglesia, habiendo recibido del Señor el mandato de curar a los enfermos, se empeña en el cuidado de los que sufren, acompañándolos con sus oraciones de intercesión. Tiene, sobre todo, un sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor» (St 14-15)” (Compendio del Catecismo, n. 315)
A los que viven una enfermad grave o son muy ancianos, la Iglesia los socorre con la Unción de los enfermos. Pero, además, les lleva a casa la Eucaristía como Viático, como ayuda en este tránsito: “El Viático es la Eucaristía recibida por quienes están por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna. Recibida en el momento del tránsito de este mundo al Padre, la comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es semilla de vida eterna y poder de resurrección” (Compendio, n. 320)
La Unción de enfermos no es un sacramento de muertos sino de vivos. No podemos esperar a que el enfermo no se entere para llamar al sacerdote. Se trata de ayudar al enfermo a vivir su enfermedad con esperanza, unido a la pasión del Señor.
El Vº Domingo de Pascua nuestra Parroquia celebra de forma comunitaria, bien en el, templo o en las casas, el Sacramento de la Unción de enfermos.