La beata Josefa Naval Girbés nació en Algemesí (Valencia) en 1820, en el seno de una buena familia de campesinos. Tuvo cuatro hermanos, de los que tuvo que cuidar cuando murió su madre, cuando ella tenía 13 años. De joven hizo voto de castidad y comenzó una vida de oración y perfección evangélica, dedicándose a hacer obras de caridad y apostolado. Se ocupaba de las tareas de mantenimiento de su parroquia y de las niñas pobres que carecían de lo imprescindible. Les ofrecía formación para que tuvieran posibilidades de vivir por su cuenta. Con 28 años organizó en su casa una escuela donde aprendían, gratuitamente, a leer y a escribir y un taller de labores y otras tareas. Lo compaginaba con la formación espiritual de sus alumnas: amor al prójimo, catequesis y convivencia cristiana, con lectura del Evangelio, oración, aprender la meditación mientras se realizan otras labores; daba consejos y orientaba a personas para que se reconciliasen en caso de desavenencias, ayudaba a las madres en la formación cristiana de los hijos, etc. Terciaria de la Orden de la Virgen del Carmen y de Santa Teresa de Jesús, tuvo gran devoción por San Juan de la Cruz. Destacó en la caridad hacia los huérfanos, marginados y enfermos, y durante la epidemia de cólera en 1885, se dedicó generosamente, aun arriesgando su propia vida, a atender a los enfermos. Murió el 24 de febrero de 1893. Pronto su fama de santidad se extendió más allá de los límites locales. Su sepulcro se venera en la que fue su parroquia. Fue beatificada en 1998 por san Juan Pablo II.
Otros santos del día:
• En Nicomedia, de Bitinia, hoy Zmit, en Turquía, pasión de san Evecio, que, bajo el emperador Diocleciano, viendo colgado en la plaza el edicto contra los adoradores de Dios, ardiente por la fe rasgó el documento ante todo el pueblo, siendo sometido por ello a crueles suplicios († 303).
• En la misma ciudad, conmemoración de san Pedro, llamado “Palatino”, mártir, que en verdad fue heredero de la fe y del nombre del apóstol Pedro, y exhaló su espíritu al ser quemado vivo († 303).
• En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Modesto, obispo († hacia el año 480).
• En Canterbury, en Inglaterra, san Etelberto, rey de Kent, que fue el primero de los príncipes de los anglos convertido a la fe en Cristo por el obispo san Agustín († 616).
• En Ascoli Piceno, en Italia, beato Contancio de Fabriano Servioli, presbítero de la Orden de Predicadores, que se distinguió por la austeridad de su vida y por su interés en promover la paz († 1481).
• En Mantua, en Lombardía, también en Italia, beato Marcos de Marconi, religioso de la Orden de los Ermitaños de San Jerónimo († 1510).
• En Nocera dei Pagani, de la Campania, en Italia, beato Tomás María Fusco, presbítero, quien manifestó un amor extraordinario hacia los pobres y los enfermos, y fundó el instituto de la Hijas de la Caridad de la Preciosísima Sangre, para trabajar sobre todo entre los jóvenes y los enfermos († 1891).
• En Pamplona, ciudad de Navarra, en España, beata Ascensión del Corazón de Jesús Nicol Goñi (Florentina), virgen, cofundadora de la Congregación de las Misioneras Dominicas del Santísimo Rosario (1940).
• En Erlangen, en Alemania, víctima del odio a la fe, beato Jozef Mayr-Nusser, laico, nacido en Bolzano (1945).
(Del Martirologio Romano)