Somos muy dados a ver la paja en el ojo de los demás, mientras que nos cuesta distinguir que en los nuestros hay una viga que desenfoca la realidad. ¡Cuánto mejor nos iría si no empleáramos tiempo alguno en criticar lo que hacen o dejan de hacer los otros.
Jesús nos ha demostrado su inmensa bondad. Se entregó a la muerte por nosotros. Nos sigue dando su amor cada día. Él conoce hasta las