Letanías inspiradas en la 1ª Carta a los Corintios
Señor, el Amor es paciente, danos la paciencia que sabe afrontar el día a día.
Señor, el Amor es benigno, ayúdanos a querer siempre primero el bien del hermano.
Señor, el Amor no tiene envidia, enséñanos a alegrarnos con cada logro suyo.
Señor, el Amor no presume, ayúdanos a no echarle en cara cuanto hacemos por él.
Señor, el Amor no se engríe, concédenos el valor de decir: “me he equivocado”.
Señor, el Amor no falta al respeto, haz que podamos ver tú rostro en el suyo.
Señor, el Amor no busca su propio interés, infunde en nuestra vida el soplo de la gratuidad.
Señor, el Amor no se irrita, aleja de nosotros los gestos y palabras que hieren.
Señor, el Amor no lleva cuentas del mal recibido, reconcílianos en el perdón que sabe olvidar los errores.
Señor, el Amor no se alegra en la injusticia, abre nuestro corazón a las necesidades del prójimo.
Señor, el Amor se complace en la verdad, ayúdanos a cubrir de amor los días que trascurrimos juntos.
Señor, el Amor todo lo cree, ayúdanos a creer que el Amor mueve montañas.
Señor, el Amor todo lo espera, ayúdanos a esperar en el Amor, más allá de toda esperanza.
Oración:
Señor, enséñanos a no amarnos a nosotros mismos, a no amar solamente a nuestros amigos, a no amar solamente a aquellos que nos aman. Enséñanos a pensar en los otros y amar, sobre todo, a aquellos a quienes nadie ama. Señor, haznos sufrir el sufrimiento de los demás. Concédenos la gracia de comprender que mientras nosotros vivimos una vida demasiado feliz y protegida por ti, hay millones de seres humanos que son también tus hijos y hermanos nuestros, que mueren de hambre sin haber merecido morir de hambre, que mueren de frío.