Da la sensación, a menudo, de que vivimos entre desgracias, impotencias para resolver los problemas y sacrificios sin sentido. Los cristianos solemos participar de estas sensaciones. Ello sucede porque nos alejamos de nuestro principal objetivo, que es buscar al Maestro, para aprender de Él y cobijarnos en Él. Cuando le buscamos sinceramente, los contratiempos se convierten en acicate para seguir trabajando, el dolor se transforma en consuelo para parecernos más a Él, y encontramos solución a todo lo que, sin su ayuda, nos parece imposible. La cercanía a Jesús nos trae paz, consuelo y fuerzas para ver las cosas con otra mirada.
![La perfecta alegría no puede existir sino en la perfecta entrega de sí mismo a Dios y a los Hombres – San Luis Orione La perfecta alegría no puede existir sino en la perfecta entrega de sí mismo a Dios y a los Hombres – San Luis Orione](https://live.staticflickr.com/65535/48383646507_009feb9157_o.png)
Entregarnos del todo. Sin reservarnos nada para nosotros mismos. Entregarnos por completo a Dios y a los hermanos. Esto es lo que se nos pide