Este mundo en el que nos ha tocado vivir sería mucho más humano si tuviéramos la valentía de tender puentes, en vez de construir muros, y de dar nuestra mano, aunque nos la rechacen, y aceptar las de aquellos a los que no consideramos de los nuestros. Los cristianos tenemos mucha tarea que hacer en este campo porque es parte de nuestra misión en la tierra. Empecemos derribando muros y construyendo puentes para acercarnos a los otros y trabajar por el bien común.
Una hermosa manera de practicar la caridad es saber callarnos cuando tenemos que opinar sobre alguien al que le vemos lleno de defectos. ¿Quiénes somos