Vestir al desnudo, dar de comer al hambriento… El Evangelio nos insta permanentemente a amar a Dios y a los hermanos, que son criaturas suyas. Y el amor a los demás no se entiende si no se comparte lo que se tiene con quien carece de lo más elemental. Al final de los tiempos, el examen que tendremos que contestar es si hemos amado como el Señor nos ha dicho.
No son los otros quienes han de cambiar este mundo dividido, con guerras, odios y miserias humanas; esta tarea la tenemos encomendada quienes creemos en