¡Basta de quejas sobre lo mal que está todo! ¡Basta de añoranzas de pasados tiempos que, al parecer, fueron mejores! Compartamos la alegría de ser cristianos, la alegría de la fuerza del amor que Jesús nos da cada día y que nos ayuda a ser mejores. Tengamos el coraje de vivir el gozo de nuestra fe transmitiendo a los demás que, entre todos, podemos construir una sociedad mejor, más humana y donde el amor sea algo real y no utópico.

Para los cristianos, lo realmente importante es alcanzar la salvación que Jesús nos ha prometido. Por lo tanto, lo que importa es esforzarnos, día tras