Adviento y navidad
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Adviento y Navidad
ADVIENTO Y NAVIDAD: TIEMPO DE ESPERANZA
EL AÑO LITÚRGICO SE ABRE CON EL ADVIENTO. No todos los tiempos litúrgicos tienen igual peso e importancia. Los tiempos litúrgicos convergen en la solemne Vigilia de Pascua y de ella reciben la luz y su significado.
Tiempo de Adviento: tiempo de profecía
Adviento significa «venida». Del mismo modo que la Cuaresma desemboca en la Pascua de Resurrección, el Adviento desemboca en la solemnidad del Nacimiento de Jesús, que abre el tiempo de Navidad-Epifanía.
El Adviento es el tiempo de los vaticinios mesiánicos y de la esperanza de la Iglesia. Por eso, las lecturas se centran en las profecías y anuncios del nacimiento de Jesús como Mesías y de su última venida al final de los tiempos. Es un tiempo de «espera activa y de vigilancia» para estar preparados a la venida del Señor. En Jesucristo se cumplen las promesas hechas al Pueblo de Dios: Él es el Mesías anunciado por los profetas, por Zacarías, Isabel, Juan el Bautista y María.
En Navidad celebramos la fiesta de la cercanía de Dios, porque Dios se hace hombre como nosotros: Dios está al alcance de todos. Esta generosidad de Dios, reclama de nosotros que intensifiquemos nuestra oración y nuestra atención a las necesidades del hermano.
Los domingos de Adviento
Las lecturas de los domingos de Adviento tienen estas características: cada misa tiene una primera lectura de los profetas (especialmente de Isaías); una segunda lectura de las cartas de san Pablo, sobre todo; y una lectura del Evangelio. Cada domingo tiene un mensaje:
- Domingo I de Adviento: «Domingo de la espera»: ¡Levantaos, alzadla cabeza, se acerca vuestra salvación! Esta advertencia nos invita a vigilar y «vivir en esperanza».
- Domingo II de Adviento: «Domingo de la conversión»: ¡Preparad el camino al Señor! Este grito de Juan el Bautista es «una invitación a la conversión».
- Domingo III de Adviento: «Domingo de la acogida»: Él está en medio de vosotros y os bautizará en el Espíritu para haceros hijos de Dios. Ello, provoca gozo, una «alegría contagiosa».
- Domingo IV de Adviento: «Domingo del anuncio»: ¡Bendito el fruto de tu vientre! Grita Isabel a María. Nosotros aguardamos el Nacimiento «con el mismo amor que María».
Navidad
Las fiestas de Navidad y Epifanía
Navidad es todavía hoy una celebración muy sentida. Aunque existen aspectos negativos como el consumismo que hace olvidar al auténtico regalo, que es Cristo, la Iglesia ha mantenido el sentido genuino de esta celebración.
- La solemnidad de Navidad se introduce con las primeras Vísperas, se celebra con la Misa de la Vigilia y la Misa de Medianoche: la Misa del Gallo, una de las más solemnes del año; se prolonga con la Misa del día 25. El tiempo festivo de la Navidad se prolonga en una octava, celebrando diversas fiestas:
- El Día de la Familia (29 de diciembre): fiesta entrañable que nos presenta a Jesús, María y José, como modelo de familia.
- La fiesta de María, Madre de Dios (1 de enero): celebramos el primer título de María: ella es la Madre de Dios. En esta jornada se celebra también el Día mundial de la Paz.
- El Día de Epifanía (6 de enero): la fiesta de los Reyes Magos nos recuerda la manifestación de Dios a todos los pueblos.
- La fiesta del Bautismo de Jesús (12 de enero): cierra el tiempo de Navidad-Epifanía. El Bautismo de Jesús, nos invita a renovar la gracia de nuestro Bautismo.
A ritmo jubilar: abrir nuestra vida a la esperanza
El Adviento de este año, tiene la peculiaridad de convertirse en un símbolo especial de peregrinación. Cada semana, recorremos una etapa del camino; y cada domingo, alcanzamos una meta provisional, que nos van acercando a la fecha emblemática de la apertura de la Puerta Santa, con el que el Papa inaugura el Año Jubilar 2025.
El 24 de diciembre, el Papa empujará la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, simbolizando así la inauguración de este Año de gracia del Señor. El 29 de diciembre, con una solemne celebración en nuestra Catedral se anunciará el Jubileo y comenzarán los actos de nuestra diócesis.
La vivencia del Adviento nos prepara para gozar de la Buena Noticia del Nacimiento del Hijo de Dios. Cada Adviento, Dios peregrina hacia nosotros, para acercarse y hacerse uno de los nuestros y comparte los caminos de la nuestra vida. Cada Adviento, los cristianos estamos llamados a aguardar con esperanza este acontecimiento. Este Año Jubilar, todos estamos especialmente invitados a ser peregrinos de esperanza.
Algunas sugerencias para vivir el Adviento
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Leer y meditar los textos de la misa de cada domingo.
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Lectura continua del profeta Isaías: cada día un capítulo.
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Montar el Belén, explicando a los niños el sentido de cada figura. Colocar la figura del Niño en la noche de Navidad.
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Visitar en estos días a personas «que viven más solas»: sobre todo a personas mayores, que necesitan más de nuestra presencia, a amigos enfermos, etc.
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Programar en mi agenda participar en los actos de apertura del Jubileo: on line, participando en la apertura de la Puerta Santa, y presencialmente en la apertura del Jubileo en nuestra diócesis[1].
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[1] Puedo seguir los diversos acontecimientos del Jubileo desde la página web de nuestra diócesis: www.diocesismalaga.es También desde la página oficial del Dicasterio para la evangelización: www.iubilaeum2025.va/es.html