Ir al contenido
  • Inicio
  • Parroquia
    • Saludo Párroco
    • Plan Pastoral
    • El Templo
    • Historia
    • Fotos
    • Economía
  • Actividades
    • Fechas Importantes
    • Grupos Parroquiales
    • Formación adultos
    • Juventud
    • Catequesis Infancia
    • Escuela de padres
    • Caritas
    • Liturgia
    • Pastoral de la Salud
    • Experiencias
    • Espacio Joven
  • Sacramentos
    • Bautismo
    • Confirmación
    • Eucaristía
    • Penitencia
    • Unción de enfermos
    • Matrimonio
    • Sacerdocio
  • Evangelio
    • Homilía Domingo
    • Evangelio del día
    • Escuela de María
    • Santoral
    • Imagen del día
    • Oraciones
    • 3 minutos con Dios
  • Contacto
  • +
    • Enlaces
    • Varios
    • Descargas
    • Boletín Gratuito
Menú
  • Inicio
  • Parroquia
    • Saludo Párroco
    • Plan Pastoral
    • El Templo
    • Historia
    • Fotos
    • Economía
  • Actividades
    • Fechas Importantes
    • Grupos Parroquiales
    • Formación adultos
    • Juventud
    • Catequesis Infancia
    • Escuela de padres
    • Caritas
    • Liturgia
    • Pastoral de la Salud
    • Experiencias
    • Espacio Joven
  • Sacramentos
    • Bautismo
    • Confirmación
    • Eucaristía
    • Penitencia
    • Unción de enfermos
    • Matrimonio
    • Sacerdocio
  • Evangelio
    • Homilía Domingo
    • Evangelio del día
    • Escuela de María
    • Santoral
    • Imagen del día
    • Oraciones
    • 3 minutos con Dios
  • Contacto
  • +
    • Enlaces
    • Varios
    • Descargas
    • Boletín Gratuito

escuela de maría

Mes de mayo

31 lecciones de fe,
en la «escuela de María»

Una lección para cada día

En el marco de las celebraciones:

  • 150º Aniversario de la Proclamación de Santa María de la Victoria como Patrona de la Diócesis de Málaga
  • 75º Aniversario de su Coronación Canónica

Alfonso Crespo Hidalgo

Párroco de San Pedro Apóstol (Málaga)

Índice por días

(Clic en el día disponible)

LunMarMiéJueVieSábDom
I123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031C   

I= Introducción
C = Conclusión

Índice de contenidos

(Clic en títulos para expandir)

María, «maestra de los misterios de Dios»: «El discípulo la acogió en su casa»

Introducción

I. María en el Misterio de la Santísima Trinidad

1º) María, Hija predilecta del Padre: «El nombre de la virgen era María»
2º) María, Madre del Hijo de Dios: «Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer»
3º) María, Esposa fiel del Espíritu Santo: «Bendito el fruto de tu vientre»

II. María y la vida teologal

4º) María, modelo de fe: «Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen»
5º) María, ejemplo de esperanza: «Vida, dulzura y esperanza nuestra»
6º) María, Madre del Amor y la misericordia: «Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos»

III. Con María contemplamos los misterios de la vida de Cristo

a) Los Misterios gozosos: Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre

7º) La Anunciación del ángel a la Virgen María: «Hágase en mí según tu palabra»
8º) La Visitación de María a su prima Isabel: «Bendita tú entre las mujeres»
9º) El Nacimiento del Hijo de Dios : «Y dio a luz a su Primogénito y lo envolvió en pañales»
10º) La Presentación del Niño Jesús en el templo: «Mis ojos han visto al Salvador»
11º) El Niño perdido y hallado en el templo: «Tenía que ocuparme en las cosas de mi Padre»

b) Los Misterios luminosos: los Sacramentos de la Iglesia

12º) Jesús es bautizado en el Jordán: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco»
13º) Jesús asiste a una Boda en Caná, junto a su Madre: «Haced lo que Él os diga»
14º) Jesús anuncia la venida del Reino: «El Reino de Dios está cerca; convertíos y creed…»
15º) Jesús se transfigura ante sus discípulos: «Su rostro brilló como el sol…»
16º) Jesús, en la Última Cena, instituye la Eucaristía «Tomad, comed, éste es mi cuerpo»

c) Los Misterios dolorosos: las preguntas existenciales

17º) La oración de Jesús en el huerto: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz»
18º) Jesús es azotado, atado a la columna: «Pilatos entonces tomó a Jesús y mandó azotarle»
19º) Jesús es coronado de espinas: «Le hacían burla diciendo: ¡Salve, rey de los judíos!»
20º) Jesús recorre la calle de la Amargura: «Cargando el mismo con la Cruz…»
21º) Jesús muere en la Cruz: «Padre, en tus manos entrego mi espíritu»

d) Los Misterios gloriosos: la respuesta definitiva

22º) La Resurrección del Señor: «Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo»
23º) La Ascensión a los cielos: «Qué hacéis ahí plantados, mirando al cielo»
24º) La venida del Espíritu Santo: «Quedaron todos llenos del Espíritu Santo»
25º) La Asunción de la Virgen a los cielos: «El Señor ha hecho obras grandes en Mí»
26º) María es coronada como reina del universo: «Una corona de doce estrellas…»

IV. María, «santa entre los santos» y maestra de santidad

27º) María, nos enseña el camino de la santidad: «Jesús, crecía en estatura y en gracia…»
28º) María, oyente de la Palabra: «Mi familia son los que escuchan la palabra de Dios»
29º) María, testigo de la Eucaristía y servidora de la Caridad: «Lavo los pies a los discípulos»
30º) María, maestra de oración: «Cuando recéis, decid Padrenuestro»
31º) María, madre de la Iglesia y reina de la familia: «Perseveran en la oración, con María»

María, encarna al «perfecto discípulo»: «Gracias, Padre... te has revelado a los sencillos»

Conclusión

Lección 3

Creo en el Espíritu Santo

María, Esposa fiel del Espíritu Santo

El Evangelio tiene una de sus páginas más entrañables en lo que podríamos titular el prólogo de la historia más grande jamás contada: es el relato de la Anunciación (Lc 1, 26-38). El ángel anunció a María: «Alégrate, María, llena de gracia, concebirás y darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús». La doncella de Nazaret muestra su extrañeza ante los planes de Dios: «Cómo será eso, pues no conozco varón» (Lc 1,34); y el ángel le responde: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios». 

Después de escuchar la respuesta del ángel, responderá María con el mayor acto de fe: «Hágase en mí, según tu palabra» (Lc 1,38). Esta frase, como lema personal y promesa, marca la historia de María: la docilidad de María a la voluntad de Dios manifestada por voz del Espíritu Santo no es un acto de servilismo sino la expresión suprema de una libertad entregada por amor. Por ello, insistirá con otra frase rotunda: «¡He aquí la esclava del Señor!» Ella dice un «sí» rotundo al Espíritu, y nos abre, con su Hijo, la esperanza de la salvación.

Quién es el Espíritu y cuál es su misión

Quizás la Persona más desconocida de la Santísima Trinidad sea el Espíritu Santo. La palabra Dios, en el Nuevo Testamento, se reserva para designar a Dios Padre. Al Espíritu se le presenta como Espíritu de Dios. Lo que equivale a decir: Espíritu del Padre. Este mismo Espíritu derrama en cada uno de nosotros el espíritu filial. Como señala san Pablo: «No habéis recibido un Espíritu que os hace esclavos, de nuevo bajo el temor, sino un Espíritu que os hace hijos adoptivos y os permite clamar: Abba, es decir, Padre…» (Rom 8,15-16). 

El Espíritu de Dios es también el Espíritu del Hijo. Este Espíritu impregnó a Jesús desde el primer momento de su existencia, desde la Encarnación hasta la Resurrección: «Si el Espíritu de Dios, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en vosotros, el mismo que resucitó a Jesús hará revivir vuestros cuerpos mortales por medio de ese Espíritu suyo que habita en vosotros» (Rom 8,11). 

María, esposa y madre: una vida bajo la sombra del Espíritu

María, ejerce de maestra y nos muestra quién es el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, a través de su propia historia. María se nos manifiesta como esposa y madre, que vive su vida bajo la sombra, la mirada llena de amor, del Espíritu Santo. Cuando María, la mujer adornada con la azucena de la virginidad, abre al Espíritu la morada de su corazón, el Espíritu se allega a ella y la cubre son su sombra. Del diálogo entre el Esposo y la Esposa surge el mayor milagro: «El Hijo de Dios se hace hombre y habita entre nosotros». 

La Madre del Hijo de Dios, se destaca como discípula con los discípulos de Jesús en el Cenáculo aguardando la venida del Espíritu (cf. Hch 1,14). María, es punto de referencia obligado para descubrir y reconocer la fuerza del Espíritu en el corazón de los creyentes y en la comunidad eclesial que camina en la esperanza de la manifestación plena de la salvación.

El Espíritu, nos impulsa a entonar nuestro propio Magnificat

Cuando María recibió la Buena Noticia que sería la Madre del Mesías Salvador, corre a comunicarlo a su prima y confidente Isabel. Las dos mujeres se saludan e intercambian alabanzas. Le dice Isabel: «bendita tú que has creído» (Lc 1,45). Pero María levanta su mirada al cielo, y llena del Espíritu Santo, nos regala el Magnificat, canto que recoge las grandezas de Dios en su vida: en ella, han llegado a cumplimiento las promesas de Dios, anunciadas desde antiguo, y garantizadas a Abrahán y a sus descendientes para siempre. 

También nosotros nos interrogamos a veces, ante las circunstancias de nuestra vida, ante las dificultades de vivir la fe en medio de un mundo que oculta a Dios y que vive como si Dios no existiera, y cuestionamos la posibilidad de la salvación: «¿Y… cómo será esto?». Hay que escuchar al Espíritu, como María. El diálogo con el Espíritu, nos impulsa a dejarnos cubrir por su sombra, a recibir sus dones y a gozar de sus frutos, que, hoy como siempre, se nos manifiestan en muchos signos de vida dentro de nuestra Iglesia. También, estamos nosotros convocados a cantar nuestro propio Magnificat: desde nuestro Bautismo, en nuestra vida hay muchas bellas páginas, escritas desde el amor de Dios y bajo la luz del Espíritu.

  • Para reflexionar:
El Espíritu Santo ha sido enviado a nuestros corazones para vivir como hijo de Dios. ¿En mi vida invoco la luz del Espíritu y me dejo llevar por sus consejos?
  • Para leer:
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica: nn. 136-142
  • DESCARGAR Compendio Catecismo
  • Ver Compendio Catecismo en web Vaticano

31 Lecciones

El discípulo la acogió en su casa

Creo en Dios Padre, todopoderoso

Creo en Jesucristo, su único Hijo

Creo en el Espíritu Santo

Dichosa tú que has creído

Vida, dulzura y esperanza nuestra

Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos

Hágase en mí según tu palabra

Bendita tú entre las mujeres

Dio a luz a su Hijo y lo envolvió en pañales

Mis ojos han visto al Salvador

Tenía que ocuparme en las cosas de mi Padre

Este es mi Hijo amado, en quien me complazco

Haced lo que Él os diga

El Reino de Dios está cerca; convertíos

Su rostro brilló como el sol

Tomad y comed, éste es mi cuerpo

Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz

Pilatos tomó a Jesús y mandó azotarle

Le hacían burla diciendo: ¡Salve, rey de los judíos!

Cargando Él mismo con su cruz, salió hacia el Gólgota

Padre, en tus manos entrego mi espíritu

Por qué buscáis entre los muertos al que vive

¿Qué hacéis ahí plantados, mirando al cielo?

Quedaron todos llenos del Espíritu Santo

El Señor ha hecho obras grandes en Mí

Una corona de doce estrellas

Jesús, crecía en sabiduría, estatura y en gracia

Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios

Comenzó a lavar los pies a los discípulos…

Cuando recéis, decid Padrenuestro…

Perseveraban unánimes en la oración, junto con María

Gracias, Padre, porque te has revelado a los sencillos

Gracias, Padre, porque te has revelado a los sencillos

Parroquia de San Pedro Apóstol (Málaga)

  • Avda. de la Aurora, 8 - 29002 Málaga
  • 952 32 49 16
  • Contacto

Recibe gratis nuestro boletín mensual

De acuerdo con lo establecido por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD), le informamos que los datos aportados no serán incorporados a ninguna base de datos y que sólo serán usados para contactar y responder a las preguntas que se hagan a través de este medio.

Diseño: parroquiaweb.es